Un hecho que nos diferencia de otros países de Europa, y que convierte a España en el país de la UE con menor número de habitantes por farmacia, algo que en cierta manera facilita que el trato con el cliente sea más familiar y cercano.
A nivel legal las oficinas de farmacia no pueden publicitarse por las vías tradicionales e incluso ven mermada la posibilidad de emitir dípticos o folletos explicativos de sus servicios por correr el riesgo de incumplir la normativa y, con ello, coartar la libertad del paciente a la hora de elegir farmacia.
Con estas cuestiones sobre la mesa, Asefarma (www.asefarma.com) celebró ayer una jornada sobre ‘Consideraciones legales a tener en cuenta sobre el uso de Internet en la Farmacia, que tuvo lugar ayer en el Centro de Estudios Financieros de Madrid’, (CEF), y que contó con la participación de Adela Bueno, responsable del departamento Jurídico de Asefarma, así como con José Luis Casero, director de Comunicación y Relaciones Institucionales de Asefarma.
Medio centenar de farmacéuticos asistieron a la jornada, en la que se analizó cuál es la diferencia existente entre Publicidad, Marketing y Comunicación, cuáles son las consideraciones legales que marca el Ministerio de Sanidad y otros organismos como la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, así como, respetando la ley, con qué herramientas cuentan los farmacéuticos para poder dar a conocer sus negocios.
Asimismo se examinaron varios casos reales entre los que destacó el del envío de una simple tarjeta de visita a clientes, que ha dado lugar a multas cuantiosas hacia el farmacéutico debido a sanciones por parte del Ministerio de Sanidad.
Como explicó Adela Bueno durante su exposición, y tal y como marca la Ley del Medicamento, “la publicidad se considera una actividad que puede llegar a coartar la libertad del usuario en la elección de la oficina de farmacia. La cuestión en este caso es reflexionar sobre qué tipo de comunicación o acción comunicativa la farmacia debe llevar a cabo para no coartar esa libertad del cliente/paciente y, por tanto, no incurrir en la infracción grave que marca la ley”.
Un hecho que también viene marcado por los Códigos Deontológicos de la profesión farmacéutica, ya que tal y como reza el del Colegio de Madrid, “el farmacéutico no deberá promover ni participar en técnicas publicitarias que comprometan la salud de los ciudadanos y la seguridad y eficacia de los medicamentos y así, éste evitará la competencia desleal y las conductas que puedan redundar en el desprestigio de la profesión farmacéutica”.
Por su parte, José Luis Casero, explicó “la sutil diferencia” que en muchos casos existe entre comunicar y publicitar, “una diferencia que las farmacias deben tener muy presente para sacarle mayor partido a aquello que dan a conocer y sobre todo, cómo lo dan a conocer”.
Algunos consejos prácticos para la farmacia
Así, teniendo en cuenta esa sutil diferencia y la delgada línea que separa la acción de comunicar de la que publicitar (entendida en el sentido de persuadir, y por tanto, que puede llegar a coartar la libertad del paciente a la hora de elegir farmacia, un hecho prohibido por ley), las farmacias deben saber aprovechar el potencial que les ofrece el mundo 2.0.“Por supuesto la creación de páginas web de la propia oficina de farmacia y la venta de medicamentos por Internet están prohibidos (aunque no así las páginas de parafarmacias). También el envío de dípticos, felicitaciones que conlleven publicidad inserta, el reparto de folletos, etc…”, como explica la responsable del departamento Jurídico de Asefarma.
Si más allá de la señalización habitual de la farmacia, como la cruz, el letrero y la placa, ésta no puede publicitarse de otra manera, ¿qué alternativas le quedan?
El empleo de las Nuevas Tecnologías les permite participar en Redes Sociales, estar presentes en la Red mediante la creación de Blogs y la actualización de los mismos con entradas que entiendan pueden ser de interés para los clientes/pacientes, o incluso siendo creativos y generando una imagen corporativa dinámica o creando programas de fidelidad que sean fáciles de recordar por todo aquél que la vea es posible aumentar la rentabilidad de la farmacia.
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