La dermatitis atópica es a día de hoy, la primera causa de consulta dermatológica en la infancia. Un hecho que se debe al crecimiento de la incidencia de esta afección en los últimos 40 años, que ha pasado de afectar al 2 o al 3% de la década de los 60, hasta llegar al 20% en los últimos años del siglo XX.
“Podríamos decir que en los últimos 30 años la incidencia de la dermatitis atópica en la población española se ha triplicado”, apuntó la Doctora Mª José Rosales Flete, Licenciada en Medicina por la Universidad de Alcalá de Henares y Medical Affairs Manager de Dermatología en MSD España en el seminario que Asefarma, la asesoría de farmacias líder en España (www.asefarma.com), organizó el pasado martes 15 de noviembre en colaboración con los laboratorios MSD en el Centro de Estudios Financieros de Madrid (CEF).
Esta enfermedad, cuyo origen se encuentra en factores genéticos y alérgicos (en menor medida) afecta en un 90% a la infancia, aunque se dé también en la edad adulta, según explicó la Doctora Rosales Flete.
El seminario, al que asistieron más de 35 farmacéuticos clientes de Asefarma, abordó tanto la detección como el tratamiento de esta enfermedad que, pese a su rareza, es una afección común en la población de los núcleos urbanos de los países desarrollados (cerca del 15% de la población afectada).Tal y como aconseja la Asociación Española de Dermatología Vírica (AEDV), para el diagnóstico de la dermatitis atópica es fundamental la observación clínica. El farmacéutico, por tanto, cumple un papel vital ya que el crecimiento de la incidencia de esta afección conlleva inevitablemente el crecimiento paralelo de las consultas de los pacientes en la farmacia, que se convierten desde ese momento en verdaderos espacios de salud y de prevención de enfermedades.
De acuerdo con los consejos expuestos por la Dra. Mª José Rosales Flete, los farmacéuticos han de saber comunicar y trasladar una “buena y completa información al paciente acerca de la dermatitis para que el control de los síntomas como picor, inquietud por no saber darle solución inmediata, o incluso incertidumbre acerca de su curación, sea mejor”.
Uso de emolientes.
La aplicación de emolientes sobre las zonas afectadas puede reducir notablemente picores y situaciones incómodas por lo que el farmacéutico se convierte en un personaje clave de cara al tratamiento de la dermatitis, a la vez que puede ayudar a tratar otras afecciones que, aunque parecidas, no corresponden para nada a esta atopía, tales como la psoriasis, la dermatitis de contacto o la dermatitis seborreica.
“El uso de emolientes en el tratamiento de la dermatitis atópica mejora notablemente esta afección ya que aporta al paciente la hidratación que necesita, reduce la irritación y el riesgo de infección en caso de que los brotes se conviertan, tras el rascado, en heridas”, explicó Rosales Flete. Tras la exposición, una ronda de preguntas por parte de los farmacéuticos asistentes, dio por finalizado el seminario especializado sobre dermatitis atópica que, en palabras de Belinda Jiménez de los Santos, responsable de Gestión Dinámica de Farmacias de Asefarma, “ha servido para que los farmacéuticos reciban información actualizada en Dermatitis Atópica, a nivel clínico, de diagnóstico y de tratamiento, así como un amplio conocimiento sobre la importancia de la hidratación de la piel con Dermatitis Atópica y, por tanto, sobre la utilidad de los emolientes en estos casos”. Información que, sin duda, es fundamental a la hora de dar respuesta a las consultas de los pacientes que acuden a la farmacia considerando a ésta un auténtico espacio de salud y de prevención de enfermedades.
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