Hablar de ahorro en el Sistema Nacional de Salud, y en consecuencia, de ahorro para las arcas públicas, remite irremediablemente a hablar de caídas en el gasto farmacéutico y, por lo tanto, en la pérdida de calidad de una de las patas fundamentales para la sanidad de nuestro país.
Desde Asefarma (www.asefarma.com), y como asegura su Presidente Carlos García-Mauriño, consideramos que es positivo hablar de “medidas para la sostenibilidad del SNS”, sin embargo las “farmacias ya han sufrido suficientes recortes con la aplicación de los últimos Reales Decretos”.
Las farmacias, como espacios de salud, ejercen una doble función para con la población: “en la atención farmacéutica, hacia la gente que tiene dolencias leves como un resfriado y prefiere no ir al médico. Y, al revés, en las personas que van a la farmacia y el boticario les envía a la consulta”, explica García-Mauriño. Soportan un gran número de consultas en materia sanitaria, con profesionalidad, calidad en la atención y una proximidad que el paciente valora.
Por ello, en Asefarma estamos convencidos de que más que hablar de recortes, de contención del gasto o de ahorro a las arcas públicas, “hay que hablar de preservar el sistema farmacéutico por su eficiencia, disponibilidad y arraigo en nuestro país. Hay que hablar de medidas que supongan un ahorro estructural y que busquen la eficiencia del Sistema Nacional de Salud, de garantizar que continúe la estabilidad de la que siempre ha gozado el sector y, sobre todo, hay que hablar de respeto a la Farmacia y a la prestación que ofrecen los farmacéuticos a la sociedad”, concluye Carlos García-Mauriño, Presidente de Asefarma.