El precio de un producto es uno de los factores más determinantes a la hora de tomar la decisión de compra. Pero no basta solo con facilitar esta información al cliente, hay que tener en cuenta la normativa vigente y todos esos datos adicionales que se deben incorporar.
El miércoles 18 de octubre contamos con la colaboración de Emilio Ynoa (director general de Fulcri Ibérica) para el desarrollo de una sesión formativa bajo el título “cumplimiento de la legislación sobre etiquetado de precios en la farmacia” en el Espacio Asefarma (C/Sta Engracia, 30).
En esta formación Ynoa recalcó que los precios de venta al público deben ser exhibidos mediante etiquetas fijadas sobre cada artículo.
Además, tal y como detalló, según el artículo 3.2. del decreto 2807/1972, “el comprador tiene que estar en condiciones de conocer el precio de los artículos expuestos en el escaparate sin necesidad de entrar en el establecimiento comercial y de conocer el precio de los artículos expuestos en anaqueles o armarios del interior sin precisar aclaración alguna al respecto por parte del vendedor”.
En caso de que el farmacéutico no exponga esos precios en el etiquetado o no lo haga correctamente puede incurrir en infracciones que pueden oscilar desde los 200 hasta 1.000.000 € de multa. Según aclaró Ynoa, la farmacia puede recibir la visita de la Inspección de Comercio o incluso recibir una denuncia particular.
La Directiva Ómnibus
De cara a estar preparado y evitar estas infracciones, el farmacéutico también debe conocer lo que recoge la Directiva Ómnibus. Una normativa que entró en vigor en mayo de 2022 pero que muchos establecimientos no cumplen muchas veces por desconocimiento. Como detalló el director general de Fulcri, establece un requisito al que no hay que pasar por alto: “cualquier promoción de reducción de precio deberá llevarse a cabo expresando el precio anterior aplicado. La ley dispone que el precio de referencia será el menor aplicado por el comerciante durante un período de tiempo que no podrá ser inferior a los treinta días anteriores a la aplicación de la reducción del precio”.
La comunicación del precio más allá del etiquetado
Fulcri Ibérica también hizo un recorrido por las distintos canales disponibles a través de los que se puede comunicar el precio de los productos. Desde pegatinas en las cajas a sistemas de inyección pasando por etiquetas de papel hasta llegar a las etiquetas electrónicas. “Esta última modalidad le supone al farmacéutico un ahorro de tiempo, le evita tener que contar con una pistola de etiquetado y la necesidad de tener que cambiar de precio al acabar el stock”.
Además, también hizo mención a la gran ayuda que puede suponer para los clientes la existencia de puntos de información -esos puntos en los que se instala un dispositivo y con tan solo escanear el código el propio cliente puede ver el precio-. “Así el cliente puede conocer esta información de forma autónoma”. No obstante, tal y como se aclaró desde el departamento Jurídico de Asefarma “contar con un punto de información no exime la obligatoriedad de incluir los precios en los productos que conforman cada lineal”.
Esta formación forma parte del ciclo formativo que Asefarma ha desarrollado para este 2023. Para este mes de noviembre que estamos a punto de comenzar, desde el departamento de Formación se ha diseñado un completo planning de cursos y sesiones que puede consultarse pinchando sobre este enlace.