A la hora de realizar las compras o el aprovisionamiento de la farmacia podemos diferenciar principalmente tres tipos de pedidos diferentes, en función del proveedor.
-Pedidos al almacén distribuidor o mayorista.
-Pedidos directos al laboratorio.
-Pedidos transfer.
Pedidos al almacén distribuidor o mayorista
El mayorista es el proveedor principal de los productos de reposición diaria. Dado que estos productos se pueden pedir de forma unitaria, será el sistema idóneo para productos con rotación media-baja para así tratar de mejorar las condiciones de aprovisionamiento de productos que no tengan salida diaria. Este sistema de pedido es el utilizado para la mayor parte de las compras en la farmacia, generando de esta forma un menor almacenamiento de productos que no deberían estocarse en exceso bien por precio o bien por venta pudiendo por este sistema repercutir en las compras diarias un beneficio mayor para la farmacia. De este modo, debemos hacer hincapié en la importancia de conocer el margen de beneficio que obtiene la farmacia con el mayorista y negociar, por tanto, unas condiciones comerciales competitivas y óptimas.
En cuanto a política comercial que ofrecen los almacenes mayoristas a la farmacia, se trata de un beneficio suplementario, al margen establecido por ley para el medicamento.
Ateniéndose a su política comercial, los almacenes aplican:
•Descuentos sobre el PVF de los productos farmacéuticos, en función del volumen de compra total de productos realizado por la farmacia.
•Cargos cooperativos sobre el PVL de los productos farmacéuticos.
Pedidos directos al laboratorio
Este tipo de pedidos deberá ceñirse siempre a la compra de productos especialmente bonificados por el laboratorio como EFG, EFP y productos de parafarmacia.
En estos casos hay que manejar muy bien la negociación en cuanto a precio, pedido mínimo, escalado de bonificaciones, forma de pago, descuentos especiales o rápeles anuales, dinamización de la farmacia (talleres, stands promociónales), material de merchandising, etc.
Pedidos transfer
Se trata de un tipo de compra que gestiona directamente la farmacia con el laboratorio y cuya distribución es a través del mayorista.
La farmacia puede disfrutar así, de las óptimas condiciones comerciales que ofrece la compra directa al laboratorio, sin tener que cumplir a cambio los requisitos de un pedido mínimo. Estos pedidos ayudan además a la farmacia, a incrementar su volumen de compras al mayorista y conseguir así con éste, una mejor condición comercial de compra.
El mayorista valora este tipo de pedidos a partir del PVL del producto, sobre el que aplica aparte un cargo cooperativo o logístico.
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