Farmacia y Medicina siempre han estado unidas. Al menos, en los orígenes de la primera. Y en la Antigüedad, hablar de una es hablar de la otra.
A lo largo de esta época, la farmacia era, además, entendida como un arte, no como una ciencia. No es hasta la publicación de las primeras farmacopeas cuando la farmacia deja de ser un arte para empezar a ser entendida como disciplina científica.
Por todo esto, no es extraño que, al buscar personalidades destacadas en Farmacia, nos encontremos a lo largo de la Historia con figuras dedicadas a la medicina o a la química que eran también farmacéuticos. Y en su afán investigador, descubrieran que el buen uso de plantas y otros ungüentos, servían para sanar y curar a los enfermos.
La casualidad o la buena fortuna de algunos otros, les llevaron a ser los autores de las bebidas refrescantes más famosas de la historia. Pero cuyo origen fue, como el de tantos otros, el de la búsqueda de la pócima perfecta, de la medicina final o, simplemente, de la solución calmante a algún mal que por aquél entonces acechaba al autor sin saber que las burbujas, el dulzor o la fórmula secreta que acababan de descubrir, se convertirían en la madre de todos los refrescos.
Hacer cuentas de farmacéuticos famosos entre los primeros farmacéuticos de la historia nos va a ser algo complicado porque no hay muchos como tal. Sí podemos citar aquí nombres como Hipócrates, Dioscórides o Galeno, más conocidos como médicos que como farmacéuticos, pero a quienes la Historia les regala la categoría de ser ambos a la vez. Es decir, médicos importantes y farmacéuticos excelentes.
HISTORIA DE LA FARMACIA: EL ARTE DE SER MAESTRO BOTICARIO Y EL OFICIO DE FARMACÉUTICO
Pero que el interés no decaiga, porque podemos poner sobre la mesa algunos nombres más.
Avicena (Ibn Sina), médico, filósofo y científico, es considerado el padre de la farmacología. Pasó a la Historia por consolidar la separación de la farmacia y la medicina en el medio Oriente. Una diferenciación que no se hace oficial hasta el año 1240 gracias al Edicto de Salerno, decretado por el emperador Federico II Hohenstaufen, por el que se separan los oficios de médico y farmacéutico. En 1252, ‘Medici Specialli’ surge el primer estatuto dedicado a regular el mercado farmacéutico.
La Edad Media, fue clave para la Farmacia, la botica y la profesión de boticario, pues es a partir del S. XV cuando los profesionales dedicados a esta ‘ciencia’ deben obtener el título de maestro boticario al que accederán a través de un examen para el que eran preparados por los maestros ya establecidos.
Dos y tres siglos después, comienzan a aparecer los primeros libros dedicados al aprendizaje del arte de la Farmacia para los boticarios. Son las cartillas, que contemplaban un método de preguntas y respuestas que resolvían, a priori, las principales dudas que podrían surgir en torno a las consultas de los pacientes o de las investigaciones de estos artistas y maestros.
FARMACÉUTICOS IMPORTANTES Y FARMACÉUTICOS DESTACADOS
En el primer tercio del S.XIX, la Farmacia resurge como ciencia independiente de la Medicina. En esta época es cuando comienzan a surgir nombres destacados como el de Carl Wilhem Scheele (químico sueco conocido por sus trabajos farmacéuticos y por el descubrimiento del oxígeno como elemento independiente). Friedrich Wilhem Adam Sertürner (alemán, pionero en el descubrimiento y aislamiento de la morfina) o Joseph Bienamié Caventou y Pierre-Joseph Pelletier (franceses, pioneros en aislar diferentes alcaloides de las plantas en su botica de París).
En estos ejemplos, Farmacia y Química parecían una sola. Pero farmacéuticos famosos hay muchos más, tan famosos como aquello que inventaron.
Es el caso de John Stit Pemberton, estadounidense. Conocido por ser farmacéutico, por querer encontrar “la medicina final y la bebida alcohólica perfecta”. Pero sobre todo por ser el creador de la Coca-Cola (a la que, en origen, denominó Pemberton’s French Wine Coca). Una bebida, cuya fórmula final estuvo lista el 8 de mayo de 1886. En la que llevaba trabajando algunos años, probando a añadir alcohol, nueces de cola y finalmente jarabe de azúcar, con el objetivo de obtener algo que lograra calmarle los dolores y malestares que tenía tras sufrir una grave herida de guerra.
Otros farmacéuticos también han pasado a la historia por una situación similar a la de Pemberton: Caleb Davis Bradman. También estadounidense. También farmacéutico y también inventor de una famosa bebida: Pepsi. Charles Alderton, estadounidense y creador del refresco carbonatado Dr. Pepper.
La franja del siglo XVI al siglo XIX dio para muchos inventores más. También para farmacéuticos que pasaron a la historia por ser excelentes, como Félix Hoffmann (alemán, y que gracias a sus experimentos, consiguió obtener de forma pura el ácido acetilsalicílico, que hasta entonces siempre había estado fabricado con impurezas). Incluso tenemos a 300 años antes, Friedrich Jacob Merck (fundador de la compañía farmacéutica más antigua del mundo: la Merck KGaA, en 1668).
A partir de aquí pequeñas compañías farmacéuticas (hoy convertidas en grandes corporaciones) que surgieron de negocios familiares, ensalzaron el nombre de farmacéuticos que han pasado a ser farmacéuticos famosos. También otros, bioquímicos e inventores de jarabes, pastillas y medicamentos. Hay tantos, que hablar de ello nos obligaría (y probablemente nos obligará) a hacer otro post, quizá más extenso que éste.
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