La homeopatía es un método terapéutico de medicina alternativa continuamente analizado y juzgado por distintos profesionales del ámbito sanitario que se posicionan a favor/en contra de él, convirtiéndose de modo recurrente en un punto de debate entre estos profesionales.
Pero, ¿qué son los medicamentos homeopáticos?
Los medicamentos homeopáticos se caracterizan por la infinitesimalidad de la dosis, es decir, las diluciones homeopáticas atenúan el efecto nocivo de una sustancia capaz a dosis elevadas de provocar síntomas en un individuo sano y provocan a dosis infinitesimales una acción terapéutica en un enfermo.
El propio término homeopatía proviene del griego hómeos (similar) y páthos (enfermedad). Por lo que se puede decir que se basa en que “lo similar cura lo similar”. Además, la homeopatía considera que una misma sustancia puede tener efectos diferentes u opuestos según la dosis empleada y la sensibilidad del sujeto.
Y los medicamentos homeopáticos, ¿para qué sirven?
Según los profesionales defensores de este método terapéutico, la homeopatía sirve para tratar o prevenir ciertas enfermedades. Lo hace estimulando las capacidades curativas naturales del propio organismo para recuperar la salud y bienestar, usando medicamentos que actúan restableciendo el equilibrio, curando el interior de la persona y tratando de un modo global.
En cuanto a los tipos de medicamentos, según el Real Decreto 1345/2007 por el que se regula el procedimiento de autorización, registro y condiciones de dispensación de los medicamentos de uso humano fabricados industrialmente, se establecen dos posibles tipos de medicamentos homeopáticos:
- Con indicación terapéutica aprobada: son medicamentos homeopáticos que se emplean y registran para una indicación determinada. Por ejemplo: gripe, tos, trastornos leves del sueño…
- Sin indicación terapéutica aprobada: son medicamentos homeopáticos sin una indicación terapéutica específica. Pueden tener aplicaciones muy diversas y en distintas patologías. Generalmente se utilizan en tratamientos individualizados en función de la enfermedad y del paciente.
Ejemplos de homeopatía
Existe una gran cantidad de medicamentos homeopáticos. Pero podemos citar algunos ejemplos como los que contienen Anas barbariae, Pulsatilla, Aconitum napellus, Atropa Belladona… a distintas diluciones y en distintas formas farmacéuticas (gránulos, glóbulos…)
Para hacer una buena recomendación de medicamentos homeopáticos desde la oficina de farmacia es fundamental la especialización. Se puede realizar llevando a cabo diversas formaciones para poder conocer en profundidad este método terapéutico y hacer la recomendación adecuada, posicionándose como farmacia referente en este campo, una farmacia de homeopatía como pilar de recomendación.
La mínima frecuencia de efectos adversos y el amplio abanico de indicaciones hacen que la homeopatía se posicione como una alternativa terapéutica o un aliado a la medicina convencional en determinadas patologías. Sobre todo en el caso de farmacias que cuentan con formación especializada y orientan su modelo de farmacia hacia esa opción terapéutica.