Podemos decir que la organización del almacén de la farmacia incide directamente sobre la rentabilidad de ésta, ya que se trata de un punto clave para poder llevar a cabo una óptima gestión del stock de la farmacia.
¿Cómo se debe organizar el almacén de la farmacia?
Los productos a organizar en el almacén de la farmacia, se deben clasificar en diferentes categorías y subcategorías en función de:
- Tipología del medicamento o principio activo.
- Utilidad terapéutica.
- Forma de administración.
- Orden alfabético.
- Ventas o rotación del producto
En cuanto a las subcategorías, es conveniente crearlas dentro de una misma categoría para la colocación del producto, establecimiento de su orden de salida, exposición en los lineales, caducidad, etc. De esta forma se consigue una organización más afinada, que permite la optimización de la gestión del almacén de la farmacia.
Es muy importante que esta clasificación sea clara, directa y coherente, y se mantenga siempre permanente en todos los diferentes procesos de gestión. Para esto, es muy recomendable el desarrollo de protocolos o procedimientos de trabajo, en los que aparezcan descritos de forma detallada, todos los sistemas y procesos que se lleven a cabo en el almacén.
De esta forma, el almacén replica la misma organización que la exposición de productos en el espacio de venta, designando diferentes lineales para cada categoría con el fin de poder gestionar las compras en función de las ventas y el stock, ya que una buena gestión de categorías lo que persigue es conseguir un equilibrio entre el inventario, las estadísticas de ventas y las propuestas de pedido.
Otros elementos separadores
Además de la clasificación de los productos, existen también algunos accesorios como los separadores que se sitúan en el interior de las cajoneras, tiradores ergonómicos, etiquetas de clasificación, etc. que ayudan bastante, en la mejora de la organización del almacén.
Dentro de este apartado, cabe nombrar también los sistemas de automatización para el almacenaje o robots. Estos sistemas registran a través de unas coordenadas, el orden y la ubicación de los productos que hay en ellos almacenados.
Por otro lado también, cómo esté diseñado el interior del almacén farmacéutico puede servir de ayuda para aumentar el espacio disponible, tener un mayor control de los productos en stock y la optimización de los tiempos de algunos de los procesos de trabajo realizados por el equipo, en el almacén.
Para ello, es fundamental que el diseño del almacén esté adaptado a las características y necesidades particulares, de cada oficina de farmacia. En un almacén con techos altos, por ejemplo, las zonas de mayor altura podrían ser utilizadas para el almacenaje de productos de poco peso y que nos interese también que puedan estar más protegidos.
En este punto, juegan un papel importante el mobiliario de farmacia modular y el fabricado a medida. Este tipo de mobiliario se adapta muy fácilmente, a los espacios que el almacén tiene disponibles, pudiendo ser así fácilmente aprovechados.
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