¿Cuántas veces le ha pasado que acude un cliente a su farmacia pidiendo antibióticos o Amoxicilina pero no tiene receta médica? ¿y un Monurol sin receta? ¿Es posible realizar dichas ventas?
¿Está prohibida la venta de antibióticos sin receta?
La constante lucha en la obligatoriedad de acudir a la farmacia con receta para comprar antibióticos, nos plantea la siguiente pregunta para comenzar este blog. ¿Está prohibida la venta de antibióticos sin receta?
Pues bien, buscando sobre qué dice la ley al respecto, la primera referencia que encontramos es en el RD 29/2006 del 26 de julio. Ésta que dice: “la receta médica se configura como una auténtica garantía de servicio profesional para el paciente. Por lo que el farmacéutico dispensará con receta aquellos medicamentos que la requieran. Y no podrá prescribir por sí mismo un medicamento que precise de receta médica…”. De esto podemos sacar como conclusión que por ley es de obligado cumplimiento para el consumidor disponer de una receta para poder acceder al medicamento.
Más adelante esta ley fue derogada por el RD 1/2015 del 24 de julio. Y se reformula de la siguiente manera: “el farmacéutico dispensará con receta aquellos medicamentos que la requieran. Dicho requisito deberá especificarse expresamente en el embalaje del medicamento“, lo que sigue haciendo referencia a la necesidad de receta en los medicamentos que así lo expresen, como ocurre con los antibióticos.
¿Cómo saber qué medicamentos necesitan receta?
Cualquier medicamento que disponga de un círculo en la parte superior derecha cuenta con la obligatoriedad de ser dispensado con receta.
Resolviendo las cuestiones que planteábamos al principio, es obligatorio disponer de receta ya sea en formato electrónico o en papel. Para poder acceder a la compra tanto de Amoxicilina como de Monurol para el tratamiento de la cistitis.
Y si la persona no tuviera receta, ¿podríamos darle otra solución? Aquí es donde entra en juego nuestra labor de atención farmacéutica. Recomendando diversos productos de venta libre que contribuyan a paliar los síntomas de la infección. Y acompañado siempre de un buen consejo higiénico-sanitario, como puede ser aumentar el consumo de agua para favorecer la micción y ayudar a que la cistitis remita cuanto antes, podemos solucionar el problema de nuestro paciente.
Es importante recalcar que, aunque el control de dispensación de antibióticos no es tan estricto como el de los psicótropos, que por su potencial efecto adictivo necesitan un registro de entrada y salida en la farmacia, sí es de suma importancia. Ya que la resistencia a antibióticos es un problema real motivado precisamente por la toma de los mismos sin control.
Como conclusión, el farmacéutico, como profesional sanitario con amplios conocimientos multidisciplinares, debe favorecer la educación del paciente para tomar la medicación necesaria para sus dolencias, sin caer en el mal uso de los mismos por automedicación.
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