Si queremos trasladarnos a los orígenes de la farmacia y contar su evolución hasta el día de hoy, tendríamos que necesitar tomos y tomos de libros para recoger todos estos detalles. Sin embargo, en el blog de Asefarma, optaremos por la opción de hacer un recorrido a los hitos más reseñables. Y así poder contar con una idea general que nos pueda acercar a la realidad sobre la evolución de la disciplina de la Farmacia en España.
Referencias a la historia de la oficina de farmacia hay muchas a lo largo de los siglos. Las podemos encontrar en el arte o incluso en la literatura. Además, si echamos la vista hacia los textos más antiguos, la figura descrita más parecida a la de un farmacéutico de “hoy” era la del chamán, el curandero, el hechicero… Todos estos personajes intentaban solventar problemas de salud mediante ungüentos, conjuros, plantas del bosque… De ahí que el origen de los primeros medicamentos sean las plantas medicinales. Y tampoco es casualidad que cada vez sea tan demandadas las terapias naturales.
Los primeros farmacéuticos
Pero, ¿quiénes fueron los primeros farmacéuticos? ¿Cuál es el origen de la farmacia? Ya tratamos en nuestro blog un tema en el que recogíamos a los personajes más famosos de la historia de la farmacia. En donde despuntaban como los pioneros algunos nombres como Hipócrates o Galeno, figuras a las que no se les achacaba del todo el papel como farmacéutico. Y si algo está claro es que… ¡la semilla comenzaba a germinar!
Evolución histórica de la farmacia
¿Cuándo empezaron las primeras enseñanzas en España?
Hasta el S.XIX no comenzaron las primeras enseñanzas en España de Farmacia. E incluso hasta esa época, para poder abrir una farmacia, -más denominadas en aquel entonces como boticas-, el aprendiz tenía que formarse trabajando en la farmacia de un boticario establecido a lo largo de 4 años aproximadamente.
Transcurrido ese período, debía someterse a un examen mediante el que tenía que demostrar cómo servía y asistía en la farmacia ante el Real Tribunal del Protomedicato. Este tribunal era un cuerpo técnico encargado de vigilar el ejercicio de las profesiones sanitarias. En caso de que el aprendiz no superara el examen, -no pudiendo entonces lograr la categoría de oficial que le permitiese ir a trabajar ya a otra botica-, el farmacéutico que le había instruido debía pagarle el mismo salario que si hubiera llegado a ella como “castigo”.
El siguiente paso importante en la Historia de la Farmacia se dio en 1755 cuando se creó el Real Jardín Botánico de Madrid. Donde los mancebos y los oficiales podían acudir para instruirse en la profesión. Aun así, el paso resultó un poco escaso porque aún no se podían realizar planes más específicos de formación.
La impartición de Farmacia de forma oficial
¿Cuándo cambió esto? Cuando las Reales Ordenanzas de 1804 dispusieron la creación del Colegio de Farmacia en Madrid, lugar en el que por fin se comenzaron a impartir estos estudios con carácter oficial.
Fue unos años más tarde, con el regreso de Fernando II a España, cuando el citado colegio cambió su denominación a la de Real Colegio de Farmacia de San Fernando y a partir de entonces se fundaron “réplicas” de este centro en Barcelona, Sevilla y Santiago.
Finalmente, se llegó a la cima de la consolidación en el año 1845 al aprobarse un nuevo plan de estudios y la Farmacia se incorporó ya como disciplina incorpora al contexto de las demás Facultades universitarias.
Si hacemos un recorrido por la evolución histórica de la farmacia desde la Antigüedad, la edad media, contemporánea, etc., podemos sentenciar lo siguiente: si comparamos el farmacéutico de la Antigüedad con el de hoy, podemos confirmar que sigue siendo un experto en el medicamento que ha sabido adaptarse a cada etapa satisfaciendo correctamente las necesidades de la sociedad. Ahora sí, mucho más informado, formado, especializado, informatizado…
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