Los factores genéticos influyen en muchos aspectos de la salud y de la vida de las personas. De hecho, según muchos estudios, uno de cada tres pacientes no responde de manera adecuada a determinadas terapias con fármacos. Sobre esta base, la medicina personalizada trata de encontrar una respuesta a estas reacciones y, sobre todo, una solución.
La medicina personalizada es, según el Instituto de Investigación sobre el Genoma Humano, una práctica emergente de la medicina mediante la cual se emplea el perfil genético de un individuo para guiar las decisiones que deban tomarse a nivel médico para prevenir, diagnosticar y tratar la enfermedad que éste padezca. De hecho, gracias a esta disciplina, busca adaptar los tratamientos a las características genéticas individuales de cada paciente. Conocer su perfil genético ayuda a los médicos a seleccionar el tipo de terapia más adecuada e incluso a saber cómo administrar la dosis de medicamento o el régimen adecuado que requiere su patología.
Lo que trata de hacer la medicina personalizada es prescribir de manera individualizada a grupos de personas que tienen un perfil genético y bioquímico similar. De manera que se contemple que todas las personas de ese grupo respondan de forma parecida a un mismo tratamiento.
El empleo de la medicina personalizada ha aumentado en los últimos años de manera significativa. Esto, unido a la mejora en la gestión de los recursos sanitarios, ha permitido una mayor eficacia en la puesta en marcha de tratamientos para determinadas enfermedades. En todo este proceso ha sido fundamental, haber podido determinar el componente genético del paciente.
La farmacogenética
A la medicina personalizada está íntimamente ligada la farmacogenética. Ésta y la farmacogenómica son las disciplinas que estudian la relación entre el ADN y la respuesta farmacoterapéutica de un paciente. ¿Su objetivo? Acercar la práctica clínica a la medicina personalizada.
La farmacogenética se emplea para conocer de antemano cuál será el mejor medicamento o la mejor dosis para una persona. Y se trata de una disciplina que está dando mucho de que hablar en nuestro país a nivel médico y científico.
Fue, además, junto con la medicina personalizada, uno de los temas a abordar en el último Pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud el pasado año 2023. En dicha reunión se acordó actualizar y ampliar las pruebas genéticas que se incluyen en la cartera de servicios comunes del SNS para poder garantizar al paciente un acceso más equitativo y homogéneo a las mismas.
Como conclusión, se determinó que España implante a corto y medio plazo un programa de farmacogenética que sea transversal a todas las especialidades. Y que, además, se pueda extrapolar al resto de sistemas de salud.
En este sentido, la farmacia hospitalaria se convierte en una pieza clave no sólo para la medicina personalizada sino también para la farmacogenética. Y esto es así porque es la encargada de preparar mezclas de uso intravenoso para lograr una mayor personalización en función de la farmacocinética y la farmacogenética del paciente. Es, sobre todo, un gran desafío para la profesión en tanto en cuanto se logre integrar de forma plena la profesión farmacéutica en los equipos de atención médica en todos los hospitales del país.
Enfermedades como el reflujo gastroesofágico, el cáncer, la ansiedad, la depresión, las afecciones cardíacas, las crisis convulsivas, el dolor en sí mismo o determinadas infecciones podrían y de hecho pueden tratarse a través de la farmacogenética.
La medicina personalizada y la farmacia comunitaria: la farmacia personalizada
Casi al mismo nivel, desde la oficina de farmacia cada día se atienden las dudas. También las consultas y las particularidades de los pacientes que entran a la misma en busca de una respuesta a sus dolencias. El papel del farmacéutico comunitario en este caso es atender a cada uno de manera personalizada. Es decir, de manera individualizada, tratando de buscar una solución a lo que se le consulta.
Entidades como la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (SEFAC) llevan años trabajando en torno a la elaboración de un catálogo de servicios profesionales farmacéuticos. Servicios que atiendan de una manera individualizada pero que den solución a problemas de grupos de personas más amplios. Sobre ello, han elaborado un catálogo en el que se incluyen todos los servicios que pueden estar y están relacionados con el medicamento y determinados productos sanitarios: deshabituación tabáquica o a las benzodiazepinas, indicación terapéutica en determinadas enfermedades, revisión farmacoterapéutica en pacientes polimedicados y crónicos, sistema personalizado de dosificación o manejo de medicamentos complejos, entre otros. Que contribuyen entre todos a la conversación, aún más si cabe, de la farmacia como espacio para la prevención de las enfermedades y la promoción de la salud. Fin último de la profesión farmacéutica.