Para hablar de radio farmacia, deberíamos empezar dando la definición de radiofármaco, un tipo muy específico de producto farmacéutico que contiene isótopos radiactivos y que se utiliza en medicina nuclear para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades. Este producto puede ser administrado al paciente por vía oral, intravenosa u otras vías, dependiendo del objetivo y tratamiento que se requiera. Mayormente, y por lo que se le conoce más, es por la función principal de uso que tiene en el diagnóstico de enfermedades. Este tipo específico de fármaco es imprescindible para la obtención de imágenes mediante técnicas de tomografía por emisión de positrones (PET) o gammagrafías que pueden proporcionar información sobre la función y estructura de órganos y tejidos, así como sobre la localización y extensión de enfermedades.

También se utilizan en terapia para el tratamiento de diferentes patologías ya que la radiación emitida por el radiofármaco actúa sobre las células enfermas, modificando o destruyendo su ADN y, por lo tanto, inhibiendo su crecimiento o eliminándolas.

¿Qué es un radiofármaco y en qué se diferencia de otros medicamentos?

Un radiofármaco se compone de un radionúclido, que es la fuente de radiación, y de un fármaco, que determina la bio distribución del producto en los órganos o tejidos del cuerpo. Es importante puntualizar que el fármaco por sí solo no tiene actividad farmacológica, sino que sólo actúa para hacer llegar el radionúclido donde se necesita.

La gran diferencia entre los radiofármacos y otros medicamentos y su mayor característica es la capacidad para emitir radiación ionizante, lo que les permite ser detectados, trazados o actuar terapéuticamente dentro del organismo

Por lo tanto, la radiofarmacia es la especialidad sanitaria que se encarga y estudia los aspectos farmacéuticos, químicos, bioquímicos, biológicos y físicos de los radiofármacos. Estos están aplicados a todos los procesos de diseño, producción, preparación, control de calidad y dispensación de radiofármacos, responsabilizándose del buen uso de los mismos, de acuerdo con los principios de una correcta preparación radiofarmacéutica y de la legislación vigente,  y cuyo fin es su empleo como producto clave en el servicio asistencial, bien para diagnóstico o terapia o en la investigación de enfermedades.

La radio farmacia es una disciplina altamente regulada, que requiere un personal cualificado, cumplimiento estricto de normativas de protección radiológica y regulación farmacéutica. Actualmente, la Real Farmacopea Española (RFE) contiene 52 monografías de radiofármacos y una monografía general sobre “Preparaciones Radiofarmacéuticas”. Además también tiene Guías de procedimientos radiofarmacéuticos para ayudar a los profesionales.

 

Técnica de radiofarmacia

En cuanto a la formación, se accede a esta especialidad a través del sistema de Formación Sanitaria Especializada (FIR/QUIR/BIR). Los profesionales que trabajan en radiofarmacia tienen que combinar conocimientos en farmacia, radiología y física médica. En un laboratorio de radiofarmacia trabajan con técnicas de preparación de radiofármacos  y manejan equipos para su elaboración y control.  Además, para el técnico especialista en radiofarmacia es fundamental conocer las medidas de protección radiológica que garanticen su propia seguridad, la de otros profesionales con los que interactúan y por supuesto, la de los pacientes.